Las nuevas tecnologías, la rapidez en la manera de vivir y las modas hacen que las generaciones más jóvenes se enfrenten a diversas problemáticas. Consideremos que entre los 2 y los 6 años de edad las niñas y niños ya juegan con aparatos electrónicos y saben navegar por internet sin ningún problema incluso sin supervisión por parte del adulto ya que, en muchos casos, ni su mamá ni su papá tocaron una computadora hasta su edad adulta, lo que puede hacer difícil la comprensión y la comunicación.
Así que en estos días los niños pasan más tiempo sentados frente a una pantalla que corriendo al aire libre, este estilo de vida sedentaria tiene consecuencias importantes en la salud, ya que son más propensos a padecer enfermedades como presión arterial alta o diabetes. Este es un problema que puede resolverse con un simple aumento de la actividad física y mental. Derivado de esto, las niñas y los niños se enfrentan a situaciones adversas como la obesidad, no es un secreto que México se encuentra entre los primeros lugares de obesidad infantil en el mundo, mucho tiene que ver el sedentarismo que provoca estar frente a la televisión, los videojuegos, el internet y la comida rápida con la que normalmente se acompañan estas actividades.
Otra situación poco afortunada consiste en que vivimos en una sociedad que promueve el materialismo, enseñamos a nuestros niños que el éxito y la felicidad en la vida se mide por la cantidad de bienes materiales y objetos que poseen, por lo que están ávidos por consumir, pero en muchos casos están creando insatisfacción por no tener medios económicos suficientes para sus deseos.
Hoy en día, incluso en la primera infancia, las niñas y niños están participando en actividades de adultos con graves consecuencias. Mucho tiene que ver la presión económica o laboral, pero también influye que, al pasar más tiempo frente a las diversas pantallas electrónicas, las niñas y los niños están siendo expuestos a bombardeos de sugerencias sexuales, estrés, adicciones y violencia. Ante esto, lo más preocupante es que el concepto de infancia está literalmente en vías de desaparición.
Es por esto que los Centros de Desarrollo Comunitarios (CDC) de PRAE desempeñan un papel esencial en la formación de las personas en edades tempranas, porque además del aprendizaje que se les ofrece es importante que los Centros sean los refugios seguros para la niñez mientras se preparan para la vida adulta. Por ello, es esencial educarles con mensajes de tolerancia, respeto y pacifismo para que sean capaces de evitar conflictos con otros niños de la clase o de su comunidad y puedan prevenir conductas agresivas. Una buena educación donde se incluyan programas de nutrición, salud y apoyo psicopedagógico les dará a las niñas y a los niños, una mayor posibilidad de aprovechar las oportunidades para crecer protegidas y protegidos, con mejor salud y más conocimiento de sus conductas.
Por lo tanto, el método Montessori que se imparte en los CDC de PRAE, observa estas premisas y se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple y real. Así cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de las niñas y niños, porque en los primeros seis años de vida es donde se sientan las bases para su futuro desarrollo.
